Aquel estruendo tras de sí luego de cerrar la puerta lo siguió por varios minutos más.
No se había percatado de ello en la calidez del hogar a eso de la media noche, pero ahora en el exterior, y corriendo desesperadamente sin destino alguno, sentía caer sobre si una fuerte lluvia, de aquellas típicas de Temuco, en las cuales no se logra ver con nitidez a más allá de algunos pocos metros.
Conforme corría, sus pasos creaban un húmedo eco en la ya desierta vereda mojada; su mente enajenada imaginaba y creaba situaciones tales, que pudieron haber sido quizás, para evitar el gran malentendido en su hogar, pero cosas que, al fin y al cabo, ya no podría intentar y que se perderían en lo más recóndito de su enfurecido interior.
Sus pies ya estaban empapados y mientras su rostro seguía siendo azotado por la lluvia dejó de pensar; si bien sus piernas corrían aleatoriamente ahora ello no importaba ya no sabía ni siquiera donde estaba…
Luego de unos minutos una silueta con paraguas se dibujó a lo lejos; era bastante extraña la situación, no habían vehículos ni ruido alguno más que el de la constante lluvia a su alrededor. Aquella silueta le insinuaba ser alguien conocido, quizás un tanto más que eso. A estas horas poco importaba.
Caminó hacia ella; poco a poco la silueta se hizo más nítida y comenzó a reflejar el cuerpo de una mujer. A solo unos metros de ella sus ojos se enfrentaron, mientras ella alzaba una mano para invitarlo a compartir la calidez de sus húmedos labios.
¿habrá sido más que solo un sueño?