martes, 22 de mayo de 2012

Último Atardecer


El paisaje etéreo de color naranja, frente a sus grandes ojos color miel, parece unirse al color sutil de su vestido de cuerpo entero, que a su vez deja su cuello y gran parte de su espalda al descubierto.


Sus pies se aventuran, descalzos, a dar los primeros pasos mientras su figura se alza con más  pasión, incluso, que la propia Venus al atardecer.


La eterna avenida cae bajo sus pies para perderse más allá del mismo horizonte junto a sus pensamientos, sueños y proyecciones, mientras su actitud afirma, a todas luces, no titubear ni dar siquiera un paso atrás para recoger los despojos dejados a su paso. 





Es muy evidente...