jueves, 20 de marzo de 2014

Soledad

Él se había entregado por completo a observar sin sentido alguno el cause del mapocho desde el puente Racamalac. A ratos dejaba caer alguna piedrecilla para ver el salpicar del agua y esta al perderse bajo el puente.

Sus Ray-ban ocultaban la tristeza de sus ojos y las furtivas lágrimas que con sus dedos hacía desaparecer en cosa de segundos.

Perdió la cuenta respecto de las personas que pasaron veloces a su espalda, también de las parejas que se detuvieron un poco más allá para dejar su candado cerrado en una de las barandas, tal y como él en alguna ocación lo había hecho... era una lástima recordarlo.

Cuando ya el sol se ponía a sus espaldas y la cordillera se tornaba un tanto anaranjada por el jugueteo de las últimas luces del día y las nubes, pudo sentir de pronto que alguien lo tomaba por la cintura para luego forzosamente encontrarse con sus labios, apenas tuvo tiempo para responder aquel improvisado beso, luego del cual todo volvió a ser como antes; ella continuó su camino alejandose rumbo al parque y él continuó avandonado a su suerte frente a la puesta de sol.