Corrían con los dedos entrelazados, abrazados por la noche más obscura de sus vidas.
Al poco andar las paredes, a los costados, comenzaron a acercarse formando estrechos pasillos; el piso a sus pies a ratos gemía cubriendo con un lúgubre ruido metálico todo el espacio…
Unas escaleras y su pasamanos oxidado detuvieron la desesperada huida dando tiempo para que ella recobrara el aliento y la razón, mientras él se apresuró en fundir sus labios en un adiós que ella no supo comprender.
Y es asi como es preferible no forzar al amor tal y como sucede y se debe hacer, por lo demás, con aquellas palabras osadas que intentan a ratos describir sentimientos inexplicables.
Y es asi como es preferible no forzar al amor tal y como sucede y se debe hacer, por lo demás, con aquellas palabras osadas que intentan a ratos describir sentimientos inexplicables.