martes, 5 de noviembre de 2013

Viaje 31 - 10 - 2013


Luego de mirarnos las sonrisas afloraron en cosa de segundos dando paso a una larga conversación, que producto de mi cansancio poco a poco entremezclaba ensueño y realidad... Mientras hablaba de su niñez y paseos de a caballo me fui haciendo uno con su recuerdo, hasta sumirme por completo en él para recorrer una verde y basta pradera a su lado de a caballo mientras el sol soportaba el pesar de los últimos minutos del día.

Al abrir los ojos, descubrí que estábamos nuevamente en el tren. Ella tranquila y sonriente se acercó a mi oído para susurrar: no te preocupes cuidé cada segundo de tu sueño.