martes, 26 de julio de 2011

Realidad



I


Corrieron furtivamente hasta lograr ponerse a salvo.

Un fuerte golpe tras de ambos fue la señal, mientras, una a una, comenzaron a encenderse las llamas, reflejos de sus ojos, en las velas que señalaban el camino.

Sus manos atadas hicieron aun más presión; se miraron cómplices. Ella mordió su labio inferior, mientras él la instaba a seguir las luces que parecían perderse al final de la estrecha escalera de caracol, que pronto recibió sobre si, cada paso en punta de pies, esmerándose, por lo demás, en no delatarlos…



II


La ventana ya está empañada y, del otro lado, una copiosa lluvia azota el infinito techo de tejas coloniales.

Una pálida, pequeña y delicada mano decide posarse, sobre el cristal, segura y consciente del peligro de la humedad latente, limpiando el vapor condensado y mojando sus dedos en búsqueda de un poco de paz, para luego caer nuevamente en cuenta de la desesperación provocada en su cuerpo por el continuo contacto y dos manos firmes que recorren cada surco en su piel.

Un susurro cerca del oído; una promesa traducida en el fuego embriagante de un beso, que hace perder aun más la calma en ambos y desaparecer por completo el frío ambiente.

Las paredes, a ratos, parecen caer sobre ellos estrechando aun más sus cuerpos y suprimiendo cada espacio vacío…

A ratos, también, el suelo, a la luz del amor y las velas, parece inundarse, producto de la pasión demostrada, sobre él, por la joven pareja.



III


Luego de las caricias, de la promesa hecha realidad, el tiempo decidió detenerse dejando suspendida la lluvia del otro lado del cristal, mientras, en su interior, dos cuerpos fundidos descubrieron, producto de la confusión, cómo desprenderse del suelo sujeto a sus ansias y sueños.

Un crujido estremeció el descanso improvisado del tiempo, mientras el cristal, cansado ya de tanta presión, cedió finalmente dando paso al amor.

Ella, en un suave y sutil susurro, lo invitó con un “ven”, para luego perderse juntos entre la lluvia.





Todo ha sido invertido más allá del amor...