lunes, 22 de noviembre de 2010


Hoy, nuevamente entrelazados,

veo y siento nuestros frios labios,

entre tanto y tanto

corre el viento angustiado.


Escucha el viento

susurrando entre brazos;

siente el viento

sobre mudos testigos.


Más ella

cada noche cuida y vela,

a través de mi ventana,

las sutiles fantasías.


Esta noche, sin embargo,

su esfuerzo es ahora mayor;

su luz alcanza rara vez mi rostro

entre espacios y cielos de desesperación.


¿Podría haber sido peor?

Entre suaves sollozos

ya haber esperado,

Impaciente, cada ocaso.


¿Podría haber sido mejor?

En el amplio universo estrellado,

para luego haber despertado

entre espinas de blancos y rojos brotes.


No olvides cerrar la puerta al salir,

para sentirme más a gusto

junto a el pálido y hermoso rostro

de quien, que desde lo alto, aún me observa.