Una tenue llama ilumina mi rostro por unos segundos…
Escucho cómo, con ella y mi aspirar, comienza a arder un débil papel sin oponer la más mínima resistencia.
Sacudo mi mano y comienzo a olvidar sumiéndome en su pálido rostro a medio cubrir.
La majestuosidad de a poco continúa cubriéndose; un cuarto, un tercio, ¿qué más da?..
Un alarido fugaz a la distancia y una bocanada más. Mientras tanto la pasión nos llena, nuestras mejillas arden, ¡silencio! algo ha osado huir de nuestros cuerpos en fricción.
Hoy deja de estar desnuda ante mí, sin embargo a pocas luces demuestra ser mucho mejor; tal vez sentimos más de lo que creemos sentir.
¿Amor?
Nos dejamos caer cómplices en miradas lascivas, pero el enorme vacío entre ambos impide el contacto, es entonces, cuando lo comprendo al verla alejarse sin mediar palabra alguna y cubriendo por completo sus mejillas, su rostro, para desaparecer al momento en que se anuncia una nueva partida.
¿Comenzaremos un sueño o terminaremos una vida entera?
Fotografía: Alvaro Aravena
Edición: Ignacio Paredes
