lunes, 14 de marzo de 2011

Parece desaparecer.



De entre oscuros mares de papel

La vi frágil emerger

Extasiada por un romance

Que parecía mucho prometer.



Al poco andar el peso de sus palabras,

Cálido rostro, labios

Y sonrisas espontáneas

Descubrieron cada uno de los abismos.



Se encontraban en secreto,

Fundiéndonos,

Nuestros ojos marrones

En plena armonía y contraste con nuestra piel.



De improviso,

Y el por qué vaya a saberlo Dios,

Decidimos juntos decir adiós

Al compás de nuestros cuerpos al amor.



Hoy recuerdo sus cabellos negros,

Rojos y negros otra vez

Más su nombre…





Es acechado constantemente por arpías a las puertas del paraíso.