lunes, 4 de junio de 2012

Ultimo Atardecer II


Puedo continuar… en el camino aun están sus huellas pero, cual si fueran pisadas a la orilla del mar, a cada segundo, se hace más difícil distinguirlas; así lo quiso ella, que en un intento desesperado para comprobar mi interés, decidió teñir sus pisadas color de olvido y dar los trastos sucios al viento cálido de los últimos días de verano.

Qué más puedo hacer, luego de la vertiginosa caída desde el propio paraíso, además de correr a favor los vientos esperando superarlos en algún momento y ver siquiera una sola huella sobre el pavimento bendecido por sus pies.



Te extraño...