viernes, 9 de octubre de 2009

Ella se encontraba allí, sin fuerzas siquiera para llorar en soledad.

Él, con sus ojos cerrados a causa de aquella fuerza que lo había abandonado, aun la acompañaba, pero no de la forma en la que lo había hecho en los meses precedentes.

Ella no lo notaba y se sumergía cada vez más en la triste realidad que la rodeaba.

Él, desde su mundo irreal, esperaba, paciente, que llegara compañía, no solo para él si no que, más bien, para la que fue el amor de su vida. Sumado a esto lo asediaba la tristeza por no haber vuelto a ver al que fue su hijo más querido y, en secreto, anhelaba que este lo acompañase en su último viaje, aunque sabía que él no respondería al llamado.

Fue precisamente cuando bordeamos la esquina de la avenida para encontrarnos de frentón con el tétrico edificio. La entrada en su parte superior enseñaba un medio punto que no encajaba del todo bien con la puerta.

En su interior las personas se lamentaban, sintiéndose, hasta cierto punto, culpables por lo sucedido, aunque entendían perfectamente que no eran responsables por cosa alguna.

¡Por Dios! Es una condición humana. De hecho, no solo humana, más bien natural en los seres vivos.

Él lo tenía claro; esta sería la última vez en que lo rodearían sus conocidos y, aunque no pudiera participar activamente en esta curiosa reunión, podría, incluso, estar feliz por las visitas inesperadas. También sabía que al atravesar el umbral, en pocas horas, jamás volvería, pues pasaría a ser parte de la misma tierra por la que caminó.

Tristemente la realidad imaginada y esperada, luego de entrar al lugar, se esfumó para encontrarnos con la resignada sonrisa que esbozó la triste y única mujer que velaba a un costado del altar.


En honor a una intachable persona, Don José Reyes, que vivirá para siempre en el recuerdo de las personas que en alguna ocación gozamos de su grata compañía.

6 comentarios:

  1. ohh qe bacan tu cuento me gusto e__e se parece a mis cuentos qe escribo el lenguaje aunqe los mios son mejores po osea jelou Z: es triste ): pero me gusto.

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  2. esta bien bueno el cuento se nota que te gusta a mi igual aunque nunca lo hago .
    es interesante .

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  3. intedesante ..... ahi gente rara que le gusta leeer y una aun mas rara que le gusta escribir....
    saludos pelao .. .. de ahi me dejas publicar uno de los mios en tu blog ???

    cximi

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  4. peiro,me gusta como escribes,y lo que escribes,este en lo personal me toco iwal,a abia leido el ke me habias mandado..
    eres super bkn persona,sabes eso..te deseo lo mejor y lo sabes .. :)

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  5. es complicado sufrir una perdida, te acuerdas de los momentos en ke fuiste malo con la persona, los momentos en ke no lo pescaste, cuando fuiste indiferente, irrespetuoso, cuando te comiste ese te kiero, kuando no fuiste capaz de expresarle lo bien ke te sentias en su compañia, es super complicado... es en estos momentos, cuando pierdes a alguien kerido, ke deben estar contigo tus amigos y las personas ke kieres, para apoyarte y para prestarte el hombro ke hace falta de vez en cuando...

    te adoro mi ninio lindo

    waletsh XD

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  6. (felipe roig)
    ¡Por Dios! Es una condición humana. De hecho, no solo humana, más bien natural en los seres vivos.

    no...solo humana (:
    igual como que la cago que pasas de escribir prosas a novela...pero esta bueno wn tni madera de escritor xD

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