Alas
Hoy, a las 1:21 horas, te recordé mientras redactaba un escrito y me fumaba un cigarrillo; estábamos en el comedor de mi casa, te pusiste de pie y me comenzaste a bailar, insistiendo en que imitara aquellos pasos de música japonesa que tanto te gusta.
Los repetiste muchas veces, mientras yo reía nerviosamente diciéndote una y otra vez, que mis piernas son demasiado tiesas para imitar esos movimientos.
Pensaba que, y vaya que aun lo creo, aquellos momentos fueron los que… ¿lo siento?
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